La agencia Reuters, la CNN y otros grandes medios dan como confirmada la versión, que fue ya publicada por el Minneapolis Star Tribune, de Minnesota, periódico que cita a una fuente cercana a la investigación.
Prince Rogers Nelson -su verdadero nombre- apareció muerto en su estudio de grabación el 21 de abril. Su avión privado había tenido que realizar un aterrizaje de emergencia en Illinois días antes, debido a que el cantante se encontraba mareado por una aparente gripe, según informó en aquel momento su representante.
Desde el medio TMZ cuestionaban desde el principio esa versión, ya que el avión se encontraba a tan sólo 48 minutos de su casa como para tener que realizar un aterrizaje por una simple gripe. Varias fuentes aseguraron, además, que Prince recibió una inyección para casos de sobredosis. Para entonces, el cantante permaneció hospitalizado tan sólo tres horas, a pesar de que los médicos aconsejaron 24 horas en observación.
Otra de las versiones que circularon fue que el cantante había estado trabajando más de 154 horas sin parar antes del episodio de salud.
Ahora la investigación tomó otro rumbo: se intenta determinar si el cantante consiguió los opiáceos por su propia cuenta o tenía supervisión de un médico.
Ante esta información, su entorno sale en defensa del estilo de vida saludable que Prince intentaba practicar desde hace años: comía alimentos veganos y no tomaba alcohol. Por lo visto, el músico ocultó ante muchos de sus íntimos su relación con algunas sustancias. "No había una sola gira en la que él no actuara sufriendo alguna clase de dolor”, comentó Alan Leeds, ex promotor de las giras de Prince en los años 80 y más tarde presidente de la compañía Paisley Park Records, propiedad del cantante. “Era esa clase de tipo de la vieja escuela, la de que el espectáculo debe continuar, de modo que la idea de que se medicara para poder actuar no resulta en absoluto extraña”, juzgó Leeds.
