Miguel Bosé
llegó a tener una colección de cientos de discos en vinil, esos objetos
de 33 o 48 revoluciones por minuto. Era una selección que habría hecho
palidecer a cualquiera, pero Bosé terminó regalando todos esos discos
por una cuestión de espacio.
“La di entera a una persona que sabía que la iba a cuidar y apreciar,
había verdaderas joyas de la primera época de mi infancia, de los
Rolling Stones, de todas las nacionalidades como italiana, incluso una
colección maravillosa de música clásica que mis padres trajeron desde
Rusia”, recuerda el cantante del otro lado del auricular, mientras cae
la tarde en Madrid.
“El vinilo fue objeto, símbolo de una época, era algo muy apetecible, no
se publicaban todos los días y había fotos, información, las letras y
el romanticismo que, de alguna manera, ha vuelto con fuerza”, señala.
A sus 59 años, ha decidido regresar, precisamente, a ese mundo.
El lunes se lanza en vinil su álbum Amo, que aún promociona en su
versión de CD, y ya saborea una serie de discos anteriores que saldrán
en el mismo formato.
Papito, Bajo el cielo de Caín y Sereno, de donde fueron extraídos los éxitos “Si tú no vuelves” y “Morena mía”, están en camino.
“No sé bien cuántos sean, pero es emocionante”, dice.
Durante
la plática es brevemente interrumpido por sus hijos, que juguetean
cerca de él. Les habla con cariño y vuelve a tomar el teléfono.
Has dicho que Bosé es el cantante, el creativo, pero que Miguel es el hogareño. ¿En qué momento uno ha traicionado al otro?
—Ni se hablan, ni se soportan (risas).
El
tema “Tú mi salvación” se escucha ahora en una telenovela mexicana
(“Antes muerta que Lichita”, de Televisa); hay quien detesta escuchar su
música en otros lados que no sean el disco o el concierto...
—Lo
que uno hace tiene que estar a disposición de la gente y se tiene que
mover, no creo en los purismos, las cosas se hacen grandes cuando llegan
de manera impactante y directa (a la gente) con soporte en el cine, la
publicidad, las telenovelas; entiendo la otra visión, pero no debe
reservarse la música sólo para la música.
Fuiste de los primeros
en confiar en Alejandro González Iñárritu como director (en la serie
“Detrás del dinero”) y en haber trabajado con Pedro Almodóvar (“Tacones
lejanos”), ¿pronto te veremos en cine?
—Siempre he dicho que no
soy actor, he tenido buenos papeles, pero no lo soy. He tenido varias
propuestas y no me convencen. Alejandro es mi amigo y el Oscar (que
logró por “Birdman”) estaba ahí, a la vuelta de la esquina, tarde o
temprano iba a entrar a ese Olimpo, tiene un sello como Luis Buñuel, de
Woody Allen, de los grandes.
Después de varios conciertos
ofrecidos por tantos años ¿hay alguna canción que ya no quisieras cantar
o que te cuesta trabajo, pero el público te impide abandonarla?
—¡Jamás!
Cada noche sales con un estado de ánimo diferente, la geografía del
lugar tiene muchas cosas, aunque sean los mismos acordes y palabras, el
público te da energía, no hay que pensar sino dejarse llevar.
¿Cómo está la situación política actual en España y cómo se ve desde afuera lo que vive México?
—Mi
actualidad aquí es sólo de tres meses (por la gira), pero la política
española no está bien, está en un momento democráticamente complicado y
se van a poner en crisis las cosas, lo cual es bueno, este último
gobierno ha dado marcha atrás en todos los sentidos a nivel social, la
situación del ciudadano es de profunda rabia.
De México y su
actualidad diría que no la conozco, sólo nos llegan cosas fuertes como
la caída de la Bolsa, pero que fue en varios lugares, en un mes estaré
ahí y sabré más.