Un tribunal federal de Los Ángeles condenó ayer al cantante Robin Thicke y al productor Pharrell Williams a pagar 7,4 millones de dólares a los hijos de Marvin Gaye por plagio.
El jurado consideró que la canción “Blurred lines” es copia de “Got to give it up”, grabado por la leyenda del soul en el año 1977.
Durante la promoción del disco, Thicke aseguró que “Got to give it up” fue la inspiración del tema. “Pharrell y yo estábamos en el estudio y yo le dije que una de mis canciones favoritas de todos los tiempos era 'Got to give it up'. Le dije ‘maldita sea, tenemos que hacer algo como eso, algo con ese groove’.
Literalmente, escribimos la canción en media hora y la grabamos”, contó Thicke a la revista GQ.
Thicke, quien figura como coautor de la canción, durante el juicio aseguró que esas cosas las decía porque estaba bajo los efectos de tranquilizantes y alcohol. La defensa adujo que era algo que dijeron para promocionar la canción.
Durante el juicio, Thicke tocó varias canciones al piano para demostrar al tribunal que muchas veces la diferencia entre inspiración y plagio no está clara.
La canción Blurred lines fue un éxito y supuso ingresos de 5,6 millones de dólares para Thicke, 5,2 millones para Williams, entre 5 y 6 millones para la compañía de discos (exculpada por el tribunal), y 8 millones en beneficios.