Cuando se alcanza un nivel de notoriedad tan estratosférico como el de Beyoncé conviene guardarse bien las
espaldas, porque el lado más oscuro y enfermizo del fenómeno fan puede ser muy
peligroso. Así, de cara a la próxima visita de la cantante al Reino Unido, donde
actuará en un festival benéfico, la organización ha decidido aumentar
las medidas de seguridad para protegerla de un loco londinense que lleva
acosándola desde 2009, enviándole cartas amenazantes y acusándola de ser una
impostora que ha matado a la verdadera Beyoncé.
Así, el personal del Twickenham Stadium estará muy atento para evitar
que Bassey Essien, su stalker, consiga colarse en el recinto y
cometer una locura fatal. Y hacen bien, porque en esta clase de eventos no es
difícil para el público acercarse más de lo permitido e incluso propasarse con
sus ídolos, como hizo el sinvergüenza que fue echado con cajas destempladas de
un concierto de la artista tras haberle tocado la cola.