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martes, 8 de noviembre de 2011

Ringo Starr en Argentina: la mejor onda

Los años parecen no haber pasado para Ringo Starr, quien con nada menos que 71 sobre sus espaldas saltó, cantó, rió y tocó la batería como si poca agua hubiera pasado bajo el puente desde aquellos febriles años de la beatlemanía. Esa es la primera conclusión que puede sacarse al analizar el show que el ex Beatle ofreció el lunes a la noche en el Luna Park porteño.
Pasados cinco minutos de las 21 y ante un estadio repleto, Ringo arremetió con su hit It don´t come easy, la canción compuesta con George Harrison en 1970, cuando los Beatles se estaban separando y el futuro era una incierta nube borrosa. A renglón seguido, luego de saludar, se hizo presente Honey don’t, la canción de Carl Perkins que está en Beatles for sale.
Así comenzaron dos horas de música de excelente calidad, capitaneada por el mismo Ringo y su All Starr Band. El concepto del grupo, creado por Ringo en los ‘80, es simplemente un conjunto de músicos de primer nivel que, reunidos por el puro placer de tocar, salen de gira presentando lo que han sido sus hits. Siempre, claro está, el epicentro es Starr, quien canta y toca varios temas de sus carreras Beatle y la solista. Pero también se destaca la altísima calidad interpretativa y compositiva de los miembros del grupo (que han ido cambiando en las varias formaciones durante los años).
Todo iba y volvía a Ringo, pero cada vez que sonaba un tema de los restantes miembros, todos los presentes recordaban esas canciones que suelen sonar en la radio. Esta vez, aunque con menos estrellas, se destacan Gary Wright (gran amigo de Harrison, que tocó en All things must pass), Richard Page (de Mr. Mister, en el bajo), Gregg Bissonette en batería segunda (David Lee Roth, Steve Vai) y el gran Edgar Winter, ganador del “aplausómetro” después de Ringo.
Starr disfrutó cada tema, los propios y los de sus amigos. Cantó perfectamente (si bien un par de semitonos más abajo que en las canciones originales), miró cómplice a los demás en cada canción, se sorprendió con el "olé, olé, olé, Ringooo, Ringooo", y regaló para los beatleros Yellow submarine, Boys, Act naturally, I wanna be your man.
Los mejores momentos fueron Photograph (el tema compuesto junto con George, para el disco Ringo del '73) y el del final: With a Little help form my friends, cantado por todo el estadio. Eso sucedió con casi todos los temas, a decir verdad.
El show terminó con Give peace a chance, el tema de John que también Paul canta en sus conciertos... Todo un símbolo. Lo mejor: la onda espectacular de Ringo, su interacción con el público, el excepcional timing en la ejecución de la batería, y un estado físico que cualquier cincuentón envidiaría. Se nota que realmente disfruta lo que hace. Lo peor: faltó, al menos, un bis. Todos se quedaron esperando unos minutos un regreso que no se concretó.
Sólo dos personas en el mundo entero pueden hoy decir que formaron parte del grupo de rock más grande de la historia. Uno de ellos, pasó el lunes por Argentina.