
“El exceso de fiestas me tenía fuera de control y me llevaron a un punto en el que me caí muy fuerte. Ya no era solo sobre mí, estaba dañando a mi familia y a mi carrera”, confesó.
Para Fergie las drogas llevan tanto a ser “brillante”, como al “desastre”. “Cuando uno tiene una personalidad adictiva y tienes fama y éxito las drogas están ahí cada noche. Yo me miraba al espejo y decía: “Voy a parar” y al día siguiente buscaba a mi dealer”, explicó.
Finalmente, después de una larga lucha, la cantante logró superar su adicción.