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Pues bien, el pasado domingo Rihanna y Britney Spears fueron las encargadas de ofrecer el coctel más explosivo de los premios Billboards, ceremonia que se realizó en el MGM Grand Arena, y que fue testigo de cómo las cantantes subieron al escenario para interpretar la canción 'S&M' de Rihanna que fue vetada en varios países.
Spears de negro y Rihanna de blanco jugaron a la provocación mientras el público vio cómo jugaron con cadenas a las que estaban esposadas y cómo protagonizaron una pelea de almohadas.
Al terminar, Rihanna le dio un beso a Britney, momento que la televisión consiguió esquivar, dejando una vez más claro que en Estados Unidos no están bien vistas las escenas subiditas de tono. Ocho años después del polémico beso entre Madonna y la Princesa del Pop durante la gala de la MTV, Britney vuelve a repetir hazaña en directo junto a otra artista de bandera. La reacciones todavía están por llegar, pero lo que es seguro es que será difícil superar el año que viene semejante espectáculo de apertura.