El emblemático rockero argentino Charly García se emocionó durante su visita a Israel, donde fue distinguido y cantó, especialmente cuando estuvo frente al Muro de los lamentos. "Fue algo muy raro. Sentí una emoción muy grande, es como que te das cuenta de un montón de cosas, la historia, la sabiduría" contó.El cantante, reiniciando sus actividadas tras una fuerte etapa de recuperación de las drogas y el alcohol, visitó Israel invitado por el centro Shimón Peres por la paz, que le otorgó un premio honorífico y lo nombró Embajador de la Paz por la Juventud.
El músico y su equipo se colocaron el tradicional Kipá (el gorrito que usan los judíos en la cabeza) con una inscripción particular bordada con el logo de Say No More.
La visita a ese país lo conmovió más de lo que esperaba. "Fue el lugar más alejado al que llegué en toda mi carrera para tocar, y la verdad es que me partió la cabeza, la onda de la gente, la emoción de los argentinos que viven acá, los lugares". Agregó "no te das cuenta hasta que no ves a tanta gente junta llorando en Israel cuando tocas el Himno, o Canción para mi muerte. Eso me conmovió muchísimo" dijo.
Los judíos conocen desde pequeños lo que simboliza el Muro de los Lamentos, y al verlo por primera vez se emocionan hasta las lágrimas. A Charly, sin ser judío, le pasó algo parecido, al punto de sorprender a la gente de su propio equipo. "Fue algo muy raro", intenta explicar ahora el cantante. "Sentí una emoción muy grande, es como que te das cuenta de un montón de cosas, la historia, la sabiduría, me movilizó la energía que tiene ese Muro, es algo que la gente que no lo vive no lo puede entender porque a cada persona le pega de modo único, y a mí me pasó algo que no me había ocurrido jamás en mi vida".
Recibir un premio siempre es importante, porque es un reconocimiento que tiene que ver con las letras, con la historia musical de uno, y eso es siempre un orgullo. Más todavía si tiene que ver con los derechos humanos".
Los judíos conocen desde pequeños lo que simboliza el Muro de los Lamentos, y al verlo por primera vez se emocionan hasta las lágrimas. A Charly, sin ser judío, le pasó algo parecido, al punto de sorprender a la gente de su propio equipo. "Fue algo muy raro", intenta explicar ahora el cantante. "Sentí una emoción muy grande, es como que te das cuenta de un montón de cosas, la historia, la sabiduría, me movilizó la energía que tiene ese Muro, es algo que la gente que no lo vive no lo puede entender porque a cada persona le pega de modo único, y a mí me pasó algo que no me había ocurrido jamás en mi vida".
Recibir un premio siempre es importante, porque es un reconocimiento que tiene que ver con las letras, con la historia musical de uno, y eso es siempre un orgullo. Más todavía si tiene que ver con los derechos humanos".
