Quizás en un tiempo, este sea el comienzo sonoro, que haya profesado el futuro de la música, y que con el transcurrir de algunos lustros, recorriendo la noche porteña, en alguna rave, estará sonando, como homenaje, este “Simetría de Moebius” de Catupecu Machu, mientras dos vampiros punks y digitales, degustarán una deliciosa copa de sangre, cosecha 2050.
Porque es casi imposible juzgar lo último de la banda de los hermanos Ruiz Diaz, Fer desde la concepción artística, Gaby como musa que con un mínimo halo parece estar presente en toda esta idea precursora de reinventar al rock, para llamarlo de alguna manera, desde una óptica cotidiana dispuesta para analizar a los músicos locales. Porque, en principio, los instrumentos clásicos del género (viola, bajo y hasta la bata) aparecen enmascarados (léase tal vez en el futuro: embelesados) por maquinarias, o como si fuesen creados por luthiers del otras galaxias, y un si bemol, sería, en este caso, un si 2.0 a la hora de componer canciones.
Pero de todas formas, además del progreso, o del etiquetado “alternativo”, los teclados de Macabre le otorgan a diversos tracks un sonido dark, como gestados desde las consolas con la tutoría imaginaria de los Wachowski, en una Matrix sonora, previo viaje en ácido. El disco en sí es bastante loco y novedoso.
Hay evolución y trova futurista en “Cosas de goce” y atmósfera dantesca en “Simetria de Moebius Barolo Salvo”.
Hablar de “desbootearse” es cosa seria. Arriesgada en el palo del rock vernáculo. Y más aún cuando se trata de relaciones interpersonales, que en el disco se manifiestan, como catalogadas en “el amor en los tiempos de tecnologías”.
Pero tranquilos, que si bien pueden extinguirse ciertos cánones musicales actuales, o modificarse en base a la tecnología, no desaparecerá, según este re-reinventado Catupecu, el contacto físico entre los seres humanos.
“Simetría de Moebius” será presentado oficialmente el sábado 22 de mayo a las 21:30 en el estadio Luna Park
Puede ser evolutivo, o desprestigiado. Con una prosa entre nocturna, seductora y visceral. El tiempo lo dirá.
Por ahora Catupecu es de esas formaciones que trasladan lo experimental a sus discos (este fue grabado en un campo) y se la juegan a pleno. Vienen de un formato acústico, para retomarse con un álbum oscuro, denso y conceptual y con esa manera cuasi psicológica y urticante que tienen de hacer música en estos tiempos.
viernes, 9 de abril de 2010
La Simetría de Catupecu
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