"Estuvimos haciendo unos demos en Berlín, Estocolmo, Glasgow y Amsterdam. Queríamos empezar a darle forma a las canciones", admitió el frontman.
Armstrong nos ofreció una sorpresiva respuesta: "Es una vuelta a las raíces. Simplemente nos metemos en una habitación y empezamos a improvisar".
Los Green Day están tan metidos en la onda "back to basics" que incluso desenpolvaron sus viejos equipos de 1992... aunque el experimento no les salió del todo bien: "Empezamos a tocar y nos dimos cuenta de que todo sonaba como la mierda", cuenta el buen Billie.
Así que, por ahora, es difícil predecir cuál será el rumbo que tomarán los punk-rockers en esta ocasión.