Dos conciertos que Bon Jovi
tenía previsto ofrecer en China la próxima semana, primeros que la banda
estadounidense pensaba dar en ese país en sus más de 30 años de
carrera, han sido cancelados, entre sospechas de que la censura del país
ha vetado la entrada de la banda por cuestiones políticas.
Webs
de venta de entradas para esos conciertos, como Damai.com, cancelaron
sin dar explicaciones la venta de billetes el pasado fin de semana, y la
web de información cultural sobre Pekín "The Beijinger" anunció la
cancelación de estas actuaciones citando fuentes próximas a la
organización.
La razón de la
cancelación de los conciertos -no confirmada por la web oficial del
grupo, aunque esta ha publicado noticias sobre ello recogidas en redes
sociales- no parece deberse a los artistas, que por ahora mantienen sus
actuaciones previstas en otras ciudades asiáticas como Yakarta, Kuala
Lumpur o Seúl.
Aunque las
causas de la cancelación por ahora no han sido confirmadas, medios
internacionales barajan la posibilidad de que el Ministerio de Cultura
chino no haya aprobado algunos vídeos musicales del grupo que en el
pasado tocaron temas "sensibles" para el régimen comunista.
En
2009, por ejemplo, el vídeo-clip del tema "We Weren't Born To Follow"
mostraba imágenes de la matanza de Tiananmen de 1989, entre ellas la
icónica estampa del hombre que se colocaba frente a un tanque del
Ejército chino.
Otro vídeo de
un concierto en directo que el grupo estadounidense ofreció en la
ciudad española de San Sebastián en 2011 mostró a Bon Jovi tocando
mientras tras él se proyectaban grandes imágenes del Dalai Lama, persona
"non grata" para Pekín, y otras célebres figuras mundiales.
La
banda había anunciado este verano su gran estreno en China, y con tal
ocasión el mes pasado Jon Bon Jovi había grabado y publicado en YouTube
un vídeo en el que cantaba en chino uno de los clásicos de la música
romántica oriental.
De
confirmarse el encontronazo de Bon Jovi con la censura china -que no
suele dar explicaciones sobre los motivos de sus acciones- sería uno más
en una larga lista de artistas famosos que han tenido problemas con las
autoridades comunistas.
En
2008, la islandesa Björk quedó vetada de los escenarios del país después
de gritar "Tíbet Libre" en una actuación en Shanghái, y un años después
las autoridades chinas cancelaron una gira de la banda británica Oasis
al conocer que uno de sus miembros, Noel Gallagher, había tocado en un
concierto de apoyo a la independencia tibetana.
Guns
N'Roses vio como su disco "Chinese Democracy" era prohibido en China
por sus referencias a Falun Gong -grupo religioso perseguido en China-
en su tema principal, y en julio de este año Maroon 5 canceló conciertos
en Pekín y Shanghái entre rumores de que al Gobierno chino no le había
gustado que uno de los miembros del grupo felicitara por Twitter al
Dalai Lama por su cumpleaños.
Aficionados
y comentaristas musicales temen que la próxima "víctima" de la censura
china sea Taylor Swift, quien prepara tres conciertos en Shanghái el
próximo noviembre como parte de su gira "1989", en la que suele utilizar
las siglas de su nombre, T.S. como símbolo.
La
cifra, que alude al año de nacimiento de la artista, y esas letras
podrían ser interpretadas como algo políticamente sensible por el
régimen chino, dado que en 1989 se produjo la matanza de la Plaza de
Tiananmen, lugar que en inglés ("Tiananmen Square") tiene las mismas
iniciales que la artista.