¿Cómo no iban a estar sus hijos con ella? Los mellizos Moroccan y Monroe, de cuatro años, muy elegantes de blanco -contrastando con el negro del vestido largo y con brillos de su madre-, se sentaban, aparentemente muy formales, junto a ella. Pero este tipo de ceremonias son largas y, para un niño, pueden resultar aburridas. No hay más que ver los bostezos de Moroccan y sus quejas, que su madre, primero con una sonrisa y luego con gesto serio, trataba de apaciguar. Sin éxito durante un rato, no hay más que verlo.
Quizá en algún momento Mariah le dijera que había que estar callado y formal, recomendación que él trasmitió a los demás con un simpático gesto. Tras esta rabieta, había que poner buena cara y posar con mamá, pero ¿qué le voy a hacer si se me cierran los ojos?, pensaría. ¡Pues me recuesto sobre ella y ya está! Por mucha estrella que sea, para sus hijos siempre será la encargada de dar mimos.
Si quedó bien claro que Moroccan es muy activo y revoltoso, su hermana estuvo mucho más tranquila, siguiendo el acto callada aunque también con una cierta cara de aburrimiento. Aún son pequeños para darse cuenta de cuánto significa esto para su madre.
La diva contó con el apoyo de su familia y los discursos del director ejecutivo de Epic Records L. A. Reid y los directores de cine Lee Daniels y Brett Ratner. No se vio sin embargo al novio de la artista James Packer, con el que este verano ha protagonizado un periplo romántico que les ha llevado de Portofino a Formentera.
