A punto de estrenar su quinto álbum, Coldplay, que esta semana avanzaban su polémico nuevo single Every teardrop is a waterfall, calientan motores para despegar este verano con la gira que les llevará, de nuevo, a conquistar los confines del mundo. Si ya con su anterior trabajo la banda se confirmaba como una de las más importantes del planeta vendiendo millones de copias, este 2011 prometen arrasar de igual manera, tomando como punto de partida su paso por el festival Bilbao BBK Live el próximo 7 de julio.Un gira muy esperada por los fans del grupo, y que trae consigo múltiples preguntas, en especial en lo que respecta a la escenografía y a la siempre llamativa puesta en escena del líder de la banda: el carismático Chris Martin es, según muchos, la estrella más importante del pop, y como tal, sus estilismos y maneras dentro y fuera del escenario se han convertido en una parte de su identidad. Una baza que la banda al completo ha querido exprimir a fondo por encima de cualquier otro grupo musical de su generación: looks desarrapados, sobrios en colores pero plagados de detalles excéntricos, se han convertido en la mejor insignia de estos gurús de la música, que han trasladado el espíritu de las causas benéficas para las que colaboran a su apariencia sobre el escenario. 
Esta tendencia, que ya se hacía notar incluso después de que Chris Martin contrajera matrimonio con la elegantísima y siempre chic Gwyneth Paltrow hace casi diez años, tocaba techo en la gira de Viva la vida, cuando la misma portada del disco, una reproducción de la obra La libertad guiando al pueblo, de Eugène Delacroix, inspiraba los trajes y complementos lucidos sobre el escenario. Chaquetas entalladas en colores negros, malvas y rojos, con cintas y apliques bordados que parecían sacados de una estampa de la Revolución Francesa de 1830, jeans pitillo y camisetas de algodón de manga larga con cuello de pico abotonado, se convertían en el uniforme oficial, que miles de jóvenes en todo el mundo no han tardado en imitar, copiando el estilo del ídolo musical.El toque final: las cintas adhesivas de colores que el artista luce en la mano, y que sirven a modo de llamada de atención sobre el reverso de la palma, donde suele llevar escritos símbolos o mensajes relacionados con la campaña el favor del Comercio Justo de Oxfam
