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sábado, 23 de julio de 2016

Taylor Swift, de la más amada a la más criticada de Hollywood

Un arma de doble o triple filo, las redes sociales pueden ser la plataforma de lanzamiento de un artista, un punto de contacto con sus millones de seguidores o el escenario de su derrumbe. Un poco de todo eso le está ocurriendo por estos días a Taylor Swift. La popular cantante y compositora suele tener presencia en las redes, donde promociona sus discos y giras y también comparte imágenes de su vida privada incluidas aquellas que muestran a su grupo de amigas conocidas, en las que se encuentra a modelos, actrices y cantantes. Además de, claro, hablar sobre su vida sentimental. Una práctica y estrategia de promoción y de vida que hasta ahora le servía para entusiasmar a sus fans y sostener la narrativa de su estrellato: una joven y talentosa mujer que ama la música, a su familia y a sus amigos y que a pesar de ser famosa y multimillonaria conserva la inocencia de cuando era adolescente y empezó a tocar música country con el sueño de grabar un disco.
Sin embargo, esta semana, el mundo color de rosa de Swift se volvió un poco más turbio cuando se agregó un nuevo capítulo a su larga disputa que mantiene con el rapero Kanye West y su esposa Kim Kardashian West. Desde que el temperamental -y muchas veces desubicado- músico le robó el protagonismo a la rubia en 2009 durante la entrega de los premios MTV, interrumpiendo su discurso de agradecimiento para protestar porque él consideraba que ese galardón debía recibirlo Beyoncé, el mundo se dividió entre los que defendían la libertad de expresión de West y quiénes se ponían del lado de Swift y su derecho a festejar tranquila.
La pelea parecía una cosa del pasado, especialmente cuando hace unos meses la cantante le entregó un premio al rapero en la fiesta de la cadena de música que antes los había separado.
La reconciliación, lamentablemente, no duró demasiado. Sólo hasta que West sacó su disco The Life of Pablo, con la canción "Famous" en la que canta: "Siento que Taylor y yo podríamos tener sexo ¿Por qué? Yo hice famosa a esa perra". Un verso que a Swift, a su equipo y a sus fans no les pareció ni divertida ni apropiada. Fue una más de las bravuconadas de West sumada a un gesto misógino que puso le puso a las redes en contra. Sin embargo, la historia era otra.
Al menos eso es lo que afirmó desde el principio el matrimonio West/Kardashian. Según ellos, había un video que corroboraba que el rapero había llamado a Swift para pedirle autorización para nombrarla en la canción, y la había conseguido . Algo que la rubia negaba hasta el último domingo, cuando Kardashian publicó los videos en su perfil de Snapchat. Y entonces el universo de las redes sociales implotó: si la rubia princesa sureña era una mentirosa y la intrusiva y extravagante pareja mediática tenía razón, el mundo estaba patas para arriba y todos los años invertidos en apoyar a una y despreciar a la otra estaban perdidos en una terrible confusión.
Y, mientras tanto, Swift seguía defendiendo su indignación ante la canción, afirmando que nunca había dado su autorización para que se usara su nombre -ni su imagen en el subsiguiente video-, intentando que las imágenes de la infame conversación telefónica salieran de las redes. Casi en un abrir y cerrar de pantalla, Twitter se encargó de humillar a quienes la defendían, como su amiga Selena Gómez, y de recordar otras peleas en las que la cantante no había salido muy bien parada. Como su paso de amiga a enemiga acérrima de Katy Perry, a la que acusó de querer arruinarle el tour cuando le "robó" a dos bailarinas y sobre la que supuestamente escribió el tema "Bad Blood", una disputa que la semana pasada volvió al tapete cuando el ex novio de Taylor, el productor musical Calvin Harris, "reveló" que efectivamente "Bad Blood" hablaba de Katy.
Él, por su lado, se había enojado porque Taylor había dado a entender en las redes sociales que ella y no Harris era la compositora de un exitoso tema que lanzó Rihanna, cuando en realidad son coautores de la canción.
 Si los enredos en el mundo del pop no habían perjudicado lo suficiente a cantante, ahora parece que la mala influencia de Swift alcanzaría al cine. Es que su nuevo novio es el actor británico Tom Hiddleston (el Locki de Thor), uno de los más firmes candidatos a reemplazar a Daniel Craig en el papel de James Bond. Hiddleston tiene una imagen sofisticada y el visto bueno de los productores, pero desde que se conoció su romance con Taylor -que incluye viajes por todo el mundo convenientemente documentados por trabajadores paparazzi-, el actor se transformó en el hazmerreír de Hollywood, el novio para las cámaras de la estrella pop caída en desgracia. Que probablemente ya esté preparando una estrategia para revertir el relato que por estos días la ubica como la mala de la película, la bella, talentosa y millonaria celebridad que los usuarios de las redes sociales aman odiar.